El nombre de la banda, Flores para los Muertos, puede evocar un imaginario gótico, introspectivo y sombrío. Sin embargo, para este trío con base en Washington D.C., el nombre tiene un significado más profundo, simbolizando una rosa que florece en el cemento, más que un crisantemo en el cementerio.
“Gran parte de nuestra música —y de lo que somos como banda— trata sobre la resiliencia y encontrar algo hermoso y significativo en la pérdida y los desafíos”, explica la bajista Ella Buskirk desde la furgoneta de la banda, estacionada en algún lugar de Texas mientras están de gira.
En su nuevo álbum, Magnolia, el trío cumple con esta promesa a través de canciones de rock cargadas de riffs, ecos y distorsiones, inspiradas en íconos de los años 90 como PJ Harvey, The Breeders y Sonic Youth. Aunque estas influencias musicales surgieron antes del nacimiento de cualquiera de los integrantes de Flores para los Muertos, sus patrones familiares siguen teniendo una fuerza innegable, sin importar cuántas veces se haya declarado la “muerte del rock” por críticos y creadores de tendencias.
Un proceso transformador
La vocalista y guitarrista principal, Szegö, escribió muchas de las canciones en solitario antes de consolidar la alineación de la banda, que incluye al baterista Ricky Martínez. Sin embargo, el proceso de desarrollar estas canciones colectivamente y convertirlas en himnos de rock fue un trabajo transformador para todo el grupo. Es una cosa escribir letras como: “Soy un árbol, imponente sobre todo”, como canta Szegö en Two of Me; y otra, sentir realmente esa fortaleza y vitalidad que describe.
“Es increíble cómo, cuando compartes un mensaje como ‘puedo lograrlo, creo en mí misma’, este empieza a volverse realidad”, comenta Buskirk.
El álbum Magnolia fue grabado a principios de este año en un estudio de Massachusetts bajo la dirección del productor Justin Pizzoferrato. Con experiencia trabajando con figuras importantes del rock alternativo como Sonic Youth y Dinosaur Jr., Pizzoferrato aportó su conocimiento y perspectiva para ayudar al joven trío a dar forma al álbum de manera completa.
Explorando la adultez a través de la música
De esta forma, Magnolia permite a los integrantes de la banda, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 24 años, abordar los temas universales de la transición a la adultez a su manera. Esto queda reflejado en el videoclip de Gloria, que combina imágenes de la banda tocando con sombras de marionetas y escenas de Buskirk deshaciéndose alegremente de animales de peluche utilizando objetos afilados.
Con este trabajo, Flores para los Muertos no solo rinde homenaje a sus influencias, sino que también se consolida como una banda capaz de transformar la pérdida y los retos en poderosos himnos que conectan tanto con ellos como con su público.